EL PRIMER LIBRO de las CRÓNICAS.

LOS antiguos hebreos hicieron un solo libro de las Crónicas, al que llamaron הימים דברי dibrei hayamim, "Las palabras de los días"; es decir, diarios o diarios; y supusieron que estos libros habían sido tomados de las antiguas Crónicas de los reyes de Judá e Israel, a las que tan a menudo se hace referencia en estos y en los libros de los Reyes. La LXX los titula, los libros de παραλειπομενων, lo que se omite;lo que significa que esta obra es una especie de complemento de los otros libros de la Escritura; y, de hecho, encontramos aquí muchos detalles que se omiten en otros lugares. El autor de estos libros no es muy conocido. Generalmente se atribuyen a Esdras, quien se cree que las escribió después del regreso del cautiverio, con la ayuda de los profetas Hageo y Zacarías. Compare los últimos versículos del segundo libro de Crónicas con el comienzo de Esdras. El propósito del autor ciertamente fue escribir, no una historia regular, sino una especie de complemento de los otros libros.

Es notable que a veces oculta la deshonra de los santos de Dios. No menciona el hecho de David con Urías, ni la idolatría de 2 Samuel 242 Samuel 24 Samuel 24 cuenta cuatro batallas; 1 Crónicas 20 pero tres. Se omite aquello en lo que David no salió con honor: el encuentro de David e Isbi-benob. San Jerónimo, hablando de estos libros, dice que es una locura pretender tener una idea verdadera de los escritos sagrados sin ellos; porque en casi todos los capítulos nos encontramos con anécdotas omitidas en los libros de Reyes; y aquí se ilustra y explica una gran variedad de circunstancias relacionadas en el Evangelio. El primer libro contiene una especie de recapitulación de la Historia Sagrada, por genealogías desde el comienzo del mundo hasta la muerte de David, en el año del mundo 2299.

Y el segundo contiene la historia de los reyes de Judá, y de los de Israel en parte, desde el comienzo del reinado de Salomón solo, hasta el regreso del cautiverio en el año 3468. Hablando de la diferencia de nombres, etc. Encontrado en estos libros, Calmet observa muy juiciosamente, que no es extraordinario que libros que han pasado por tantas manos durante tantas épocas hayan sufrido algunas alteraciones en fechas y números. En copias de libros tan antiguos, y escritos en un idioma tan poco conocido, ciertamente podemos sorprendernos de que haya tan pocos errores que de que haya alguno. Véanse el Prefacio de Calmet y Sentimens de quelques Theologiens de Le Clerc , etc.

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