Que tiene esta esperanza— La frase Ο εχων, significa, el que guarda, retiene o retiene: se purifica a sí mismo; en consecuencia, no es como una piedra, ni como una máquina, que es enteramente pasiva: Dios, es cierto, le da todo el poder al impartirle su gracia; y este es el uso que está obligado a hacer de él. No se dice que se purifica a sí mismo, como Jesucristose purifica a sí mismo; Jesucristo nunca se contaminó con ninguna inmoralidad, por lo tanto, no tiene ocasión de purificarse: es absolutamente puro, sin mancha ni tacha, la norma de toda excelencia y perfección moral; y los que quisieran verlo y ser como él en gloria y felicidad inmortal en el futuro, deben ser como él en santidad aquí. Esta purificación de nosotros mismos, así como Jesucristo es puro, no denota una igualdad absoluta a su pureza, porque nadie puede alcanzarla, sino una semejanza o semejanza. Por último, podemos observar que las Sagradas Escrituras no nos proponen un paraíso mahometano de goces sensuales como nuestra porción eterna (cuya perspectiva es suficiente para alentar a los hombres en el libertinaje y la sensualidad), sino elver a Cristo, y ser como ese personaje puro e infinitamente santo: es decir, se nos proponen los goces más puros, más espirituales y más refinados, como nuestra recompensa eterna. La esperanza de tales cosas, que sólo la gracia puede otorgar, tiene la tendencia más directa a excitarnos hacia la pureza y la santidad; y, desde este punto de vista, ¡cuán excelente debe ser esa religión, que promete la promoción de la santidad y el disfrute espiritual de Dios, como su gran y máxima recompensa!

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