Ver. 15. En su día le darás su salario - Esto concierne particularmente a aquellos que viven de su trabajo diario: deben ser pagados antes de que se ponga el sol; todos deben recibir su salario, sean obreros o sirvientes, en el tiempo acordado; porque esto es en lo que puso su corazón; o, como dice la Vulgata, porque desde allí sostiene su alma o vida. El pan de los necesitados es su vida, dice el hijo de Eclesiástico; el que le defrauda es un hombre de sangre; el que quita el sustento de su prójimo, lo mata; y el que defrauda al trabajador de su salario, es un derramador de sangre. Sir 34: 21-22 . El derrama sangrepor cuanto el salario del trabajador es lo que lo sostiene, y como, según la Escritura, la vida del hombre está en su sangre. Ver San Agustín. Quaest. en Levit. columna. 516.

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