Dios responde a los idólatras según su propio corazón. Se les exhorta a arrepentirse, por temor a los juicios por medio de profetas seducidos. La sentencia irrevocable de Dios de hambre, de fieras, de espada y de pestilencia. Un remanente penitente se reservará, por ejemplo, a otros.

Antes de Cristo 593.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad