Les di mis estatutos. Es decir, dice el obispo Warburton, les dio la ley moral del decálogo, en el que había una institución positiva y no más; pero éste es absolutamente necesario para preservarlos como un pueblo selecto sin mezcla con las naciones. Por la palabra שׁבתותי shabbetotai, mis sábados, dice Houbigant, se entienden aquellas otras solemnidades que, no menos que los sábados estrictamente hablando, eran una señal por la cual se sabía que Dios era el Dios de Israel.

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