Por estos fueron divididas las naciones, etc. — Véase Hechos 17:26. Por lo que se ha dicho antes, parece que, para hablar de acuerdo con una visión general de las cosas, salvo algunos casos, los hijos de Jafet poblaron Europa; los hijos de Sem, Asia; y los hijos de Cam, África. Pero la pregunta es, ¿cómo se pobló esa cuarta y más tardía parte de la tierra, América, para ser poblada? Para obtener una respuesta completa a esta pregunta, remitimos al lector a una excelente disertación sobre este tema en el vigésimo volumen de Anc. Univ. Hist. cuyos autores han hecho parecer que, aunque es muy probable, los fenicios, egipcios y cartagineses pudieron haber plantado colonias en ese vasto país, sin embargo, la mayor parte de los habitantes debe haber venido de la parte nororiental de Asia, particularmente la Gran Tartaria, Siberia y la península de Kamtschatka:

Asimismo, se hace mención en las historias antiguas de México de un diluvio general que arrasó con toda la raza humana, excepto un hombre y su esposa. Estas dos personas, según ellos, tenían numerosos problemas; pero todos sus hijos estaban mudos, hasta que una paloma los dotó de la facultad del habla.

A lo que agregaron, que la lengua primitiva, hablada por los descendientes inmediatos de la mencionada pareja, estaba dividida en tal variedad de lenguas o dialectos, que no podían entenderse entre sí, y por lo tanto tenían que emigrar a diferentes regiones, y estos se convirtieron en los fundadores de diferentes naciones. Es más, algunos de los estadounidenses afirmaron expresamente, que todos los hombres dedujeron su origen de cuatro mujeres, lo que parece acercarse a la historia mosaica; todo lo cual las nociones tradicionales parecen implicar manifiestamente que algunos de los antepasados ​​de los estadounidenses estaban familiarizados con la historia mosaica ".

En confirmación, que todos los hombres descienden de una misma familia, se ha observado que hay muchas costumbres y usos, tanto civiles como religiosos, que han prevalecido en todas partes del mundo, y que no pueden deber su origen a nada más que a una institución; institución que nunca podría haber sido, si la humanidad no hubiera sido originalmente de la misma sangre y no hubiera sido instruida en las mismas nociones comunes, antes de que fueran dispersadas. Entre estos usos pueden contarse: primero, la numeración por décadas; 2º, el tiempo de cálculo por un ciclo de siete días; En tercer lugar, la observación de un séptimodía como santo; En cuarto lugar, el uso de sacrificios propiciatorios y eucarísticos; Quinto, la consagración de templos y altares; En sexto lugar, la institución de los santuarios y sus privilegios; y, por último, la tradición universal de un diluvio general y la renovación de la humanidad después.

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