Dijo: Agar, la doncella de Sarai. El ángel la llama doncella de Sarai para recordarle su deber y dependencia, a los que no debería haber renunciado. Le aconseja, por tanto, que regrese y que se someta con paciencia al tratamiento, por duro que sea, que ella había huido para evitar; al mismo tiempo, consolándola con un relato profético de su hijo y sus descendientes.

REFLEXIONES.— Tenemos aquí la huida de Agar, y regresamos por orden del ángel.

1. El lugar donde ella estaba: el desierto. El pecado es el desierto en el que estamos seguros de entrar en el momento en que dejamos el camino del deber. Ella iba de regreso a casa, pero Dios se interpone. Observe, es una gran misericordia ser detenido por la Providencia o la conciencia de una manera pecaminosa.

2. La dirección y la pregunta del ángel. La dirección, para humillarla: la pregunta, para alarmarla. La criada de Sarai debería haber recibido corrección sumisa y no haber dejado esa sagrada familia para volver a los ídolos de Egipto. Nota; (1.) Frecuentemente detendría nuestra carrera si preguntáramos: ¿Adónde voy? ¿Qué estoy haciendo? (2.) Dejar voluntariamente los medios de gracia es un paso peligroso. (3.) Si Dios no intervino amablemente, ¡ay! ¿Qué sería de nosotros a menudo, bajo la guía de un espíritu perverso?

3. Su respuesta. Ella alega la ira de su ama como la causa de su huida. Aunque no era una excusa para ella, era también una acusación de Sarah. Aprenda, (1.) La impropiedad del comportamiento de los demás hacia nosotros no es motivo suficiente para una mala respuesta. (2.) Son socios de la culpa, quienes por sus provocaciones llevan a otros al pecado. (3.) Si los amos o amantes se abstienen de no amenazar, sus sirvientes tendrán algún motivo para quejarse.

4. La orden del ángel, o más bien un amable consejo. Nota; (1.) Cuando estamos fuera del camino del deber, nos corresponde apresurarnos a regresar a él. (2.) Estamos obligados a esperar la bendición de Dios cuando lo hacemos, por desagradable o peligroso que parezca el paso. Es mejor volver a sufrir, que huir para continuar en el pecado.

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