Hemos oído hablar del orgullo de Moab: estas palabras muestran el efecto o el éxito del consejo. El profeta muestra que los moabitas no lo recibirían, sino que lo despreciaron; la causa que manifiesta ser, la soberbia y soberbia de la nación; y la causa inmediata de ese orgullo, nos dice, son los adivinos y vanidosos oradores que excitaron a los moabitas contra los judíos y les prometieron una prosperidad de larga duración; cuyos vanos discursos son llamados por el profeta, los no correctos, la vanidad de los teólogos, y por eso se debe pronunciar la última cláusula; la inutilidad o la iniquidad de sus adivinos. Ver Vitringa.

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