He aquí, reinará un rey: el profeta expone las dos consecuencias de este benévolo y glorioso beneficio; es decir, en estos versículos, el reinado floreciente y próspero de Ezequías, para manifestarse en este tiempo con toda la autoridad y belleza de la virtud y la santidad, como un tipo de Jesucristo, el rey más perfecto, que iba a surgir de él; como se mostraría en su reino, después de haber vengado a su iglesia por los gobernantes del imperio romano, de la tiranía de Satanás, oponiéndose y esforzándose por extirparla: y en Isaías 32:3 expone el arrepentimiento y conversión de muchos.

No hay duda de que estas palabras tienen su más completa y completa verificación en el Mesías. En Isaías 32:2 podríamos leer, y ese hombre, es decir, el rey, será como una protección contra el viento, etc.

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