Y ahora he subido sin Jehová. Está claro por el versículo séptimo, que Rabsaces, por Jehová, se refería a ese dios a quien adoraba él mismo o su señor, el rey de Asiria, y no el Jehová de los judíos; se jacta, por tanto, de que no vino sin el permiso de este dios: sus profetas y adivinos, muy probablemente, le habían informado que su expedición tendría éxito; porque los paganos, sabemos, estaban acostumbrados a consultar a sus sacerdotes y augures en estas ocasiones.

Por lo tanto, insiste en que fue en vano que los judíos confiaran en el Señor, cuando ese Señor mismo lo había enviado contra ellos. Sin embargo, hay algunos que piensan que había oído y conocido las profecías de Isaías (véase el capítulo Isaías 8:7 Isaías 10:5 ) y que alude a ellas con estas palabras.

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