Así dice el Señor: El profeta con estas palabras confirma lo que había adelantado con respecto a la liberación de Babilonia, mediante la liberación anterior que Dios había obrado para su pueblo de Egipto; así, desde la mirada del pasado, fortaleciendo la fe y la esperanza de los creyentes en lo que vendría. Algunos, sin embargo, suponen que estas palabras son una especie de prefacio del período siguiente, en el que se predice la nueva obra de la gracia.

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