Hazlo por amor de tu nombre ; actúa respetando tu propio nombre. Es decir, no nos trates según lo merezcamos, sino para no dar ocasión a extraños de hablar mal de tu nombre, de cuestionar tu poder, sabiduría o bondad. Entonces Dios dice, Ezequiel 22:31 que en medio de las diversas provocaciones que había recibido, todavía había actuado de manera uniforme sobre este principio.

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