Que manda al sol y no sale, el obispo Warburton supone que esto alude a la historia milagrosa del pueblo de Dios; como la oscuridad egipcia y la interrupción del curso del sol por parte de Josué. Pero ciertamente no hay necesidad, a partir de las palabras mismas, de suponer alguna alusión de este tipo, o, de hecho, algo milagroso, ya que Dios, al arrojar una nube sobre el sol y las estrellas, puede oscurecerlos y los oscurece cuando le place; y así es como lo entiende el parafrasto caldeo; y sella las estrellas con nubes: o, si tomamos la exposición del obispo Patrick, es así, que los cielos están sujetos al poder de Dios, y ni el sol ni las estrellas pueden brillar si él lo prohíbe.Hay un hermoso fragmento de Píndaro que nos conservó Clemens Alexandrinus; donde lo da como un ejemplo del "poder de Dios", que puede, cuando quiera, hacer que la luz pura brote de la oscuridad espesa, o cubrir con una nube lúgubre el lustre claro del día.

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