Ver. 43. Y Josué regresó — a Gilgal — ya sea ​​para refrescarse o para compartir los frutos de sus victorias con los que no habían peleado; o, más particularmente, para rendir gracias a Dios en su santuario. Así terminó gloriosamente (según el cálculo de Usher) el cuadragésimo año desde la salida de Egipto. Moisés lo había comenzado con la conquista de los reinos de Sehón y Og; Josué la terminó con la de una gran parte de la tierra de Canaán.

En medio de esta guerra cesó el maná, y los israelitas comieron del trigo del país; de modo que, como procede a señalar el erudito cronólogo, empezaron a sembrar en otoño, y en consecuencia, también desde ese momento, empezaron a contar sus años sabáticos. Era necesario dividir el país antes de cultivarlo; de modo que el primer año sabático debe haber caído en el séptimo año después de la división entre las tribus.

Nota; (1.) Los juicios de Dios, en tan severa extirpación de esta raza maldita, deberían llevarnos a considerar el fin de los pecadores impenitentes. Los impíos serán trasladados al infierno, y todas las naciones que se olvidan de Dios. (2.) Cuando hayamos completado nuestras victorias sobre los poderes del pecado y Satanás, regresaremos, bajo la conducta de nuestro divino Josué, a nuestro descanso eterno en el campamento de Dios.

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