Ver. 31. E Israel sirvió al Señor todos los días de Josué - Mientras este piadoso general estuvo a la cabeza del pueblo de Israel, la idolatría no se atrevió a manifestarse, y los israelitas en público adoraban solo al Dios verdadero. Moisés no disfrutó de la misma felicidad. Todo el mundo sabe qué perturbación produjo en el asunto del becerro de oro aquel gusto depravado que los hebreos habían absorbido por la idolatría en Egipto; pero Dios lo remedió condenando a los transgresores a vagar cuarenta años por ese desierto, donde, según a San Crisóstomo, todos los fallecidos que habían sido testigos de esa horrible apostasía; para que así no quedara nadie entre ellos capaz de volver a enseñarles una especie de impiedad tan atroz. Ver Vitae Monastic. Vitup. lib. 1.

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