Sansón dijo: —Ahora les propondré un acertijo. Como aprendemos de esto, era una costumbre muy antigua proponer en las fiestas enigmas a sus invitados para ejercitar su ingenio y animar la conversación, en lugar de pasando todo el tiempo comiendo y bebiendo francamente. Los griegos derivaron esta costumbre de los orientales y generalmente propusieron una recompensa a quienes resolvieran el enigma.

Bp. Warburton observa que, como escritura simbólica, cuanto más se aleja del jeroglífico adecuado, se vuelve más oscura; así sucedió con la parábola, que se hizo más misteriosa, hasta convertirse en un acertijo, que correspondía exactamente con el enigmático jeroglífico. Esto en las Sagradas Escrituras se llama un dicho oscuro, a modo de eminencia. En la interpretación de estos acertijos consistió gran parte de la antigua sabiduría oriental, según la observación del sabio, Proverbios 1:5 . También era costumbre, como aprendemos de este pasaje, y duró mucho, como nos informa Josefo, que los sabios de aquellos tiempos enviaran u ofrecieran acertijos.el uno al otro, como prueba de sagacidad, a cuya exposición se anexaban recompensas y penas; de modo que el regalo de un acertijo no era más que una estratagema para un botín. De ahí que la comprensión de las oraciones oscuras se volviera proverbial entre los hebreos, para significar las artes del fraude y el engaño, como puede deducirse del carácter que frecuentemente da Daniel de Antíoco Epífanes; Daniel 8:23 .

La misteriosa portada de este tipo de sabiduría lo convirtió, como siempre lo hará una portada así, en el logro más preciado: Así que cuando el salmista levantaba y agrandaba la atención de su audiencia, comienza su canción de esta manera: Inclinaré la mía. oído a una parábola; Abriré mi oscuro dicho al arpa. Salmo 49:4. Porque, un gran crítico en el saber sagrado y profano observa correctamente sobre el lugar: "El salmista, para atraer la atención de sus oyentes, promete tratar las cosas que se estiman del más alto alcance de la sabiduría; y al componer este Salmo , hizo uso de todo el arte del que era maestro, para hacerlo digno de su tema ". Div. Pierna. vol. 3: pág. 155. Ver Boch. Hieroz. par. 2: lib. 4 cap. 12. y Egid. Disertación Strauchii. de Enigm. Sams.

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