Jesús trajo atado y acusado ante Pilato. Ante el clamor del pueblo, es desatado el asesino Barrabás, y Jesús entregado para ser crucificado; coronado de espinas, escupido y burlado; desfallece en llevar su cruz; colgado entre dos ladrones; sufre los afrentados reproches de los Judíos: pero el centurión lo confiesa como Hijo de Dios, y José de Arimatea lo sepulta con honor.

Anno Domini 33.

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