¿Se ha acortado la mano del Señor? - Es decir, ¿ha disminuido el poder divino? - ¿He perdido algo de mi poder desde que creé el universo?

REFLEXIONES.— Dios responde a las peticiones tanto de Moisés como del pueblo, pero con miradas muy diferentes; Moisés en misericordia, el pueblo en juicio.

1. Moisés recibe un ejemplo de la misericordia de Dios. No reprende su prisa, pero concede su petición. Se le ha ordenado que elija a setenta ancianos, los más aprobados por su sabiduría, y Dios los fortalecerá para su oficio, para llevar con él la carga del pueblo. Nota; (1.) Nadie puede razonablemente concluir que ha sido llamado a un cargo si no está calificado para ello. (2.) El gobierno es una institución divina, y debemos ser obedientes por causa de la conciencia, no solo al rey como supremo, sino a todo magistrado que lleva consigo la carga.

2. Se satisface la petición de la gente; mejor quizás, para ellos, si se les hubiera negado. Los regalos con ira son juicios disfrazados. No solo tendrán suficiente para satisfacer, sino también para hartarse: Nota; (1.) El deseo maligno y el odio están casi aliados. (2.) La complacencia del apetito brutal trae consigo su propio castigo.

3. Moisés expresa cierta desconfianza en cómo se debe hacer esto para tal multitud. La fe más fuerte puede ser sacudida por los vanos razonamientos; pero Dios acalla sus dudas con un argumento convincente. Su omnipotente poder puede efectuar cualquier cosa que prometa su gracia. El que dividió el mar y abrió las ventanas de los cielos, puede también darles carne. Consuélense el pueblo de Dios en cada prueba, que no se acorte su mano para que no pueda salvar; y anímate a orar, porque su oído no es pesado para que no pueda oír.

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