Vino : Le Clerc ha observado bien que como el vino y el aceite son los licores más excelentes que la tierra, por orden de la Providencia, produce para uso humano, Dios quiere que se le ofrezcan en todos los sacrificios, que los hombres podría recordarse continuamente a aquel de quien fluían esas bendiciones, y reconocer abiertamente a su gran benefactor. También, sin duda, se tuvo en cuenta, al gozar de su uso constante, las grandes y futuras realidades de la economía cristiana, de la cual el vino y el aceite eran los emblemas permanentes.

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