¿Y qué es Aarón, etc.? Esto podría traducirse, tan agradable al original, ¿qué ha hecho Aarón para que murmures contra él? Por mucho que decir, Aarón no había hecho nada por sí mismo, sino que había actuado enteramente bajo la dirección de Dios. Ver Éxodo 16:7 .

REFLEXIONES.— ¡ Cuán espantosas son las consecuencias de la ambición! A esto los estados más grandes y las iglesias más florecientes pueden atribuir su ruina. 1. El cabecilla de esta rebelión fue Coré, un pariente cercano de Moisés y Aarón, cuyo grupo se incrementó rápidamente con la adición de doscientos cincuenta príncipes de la asamblea. El espíritu de rebelión es un mal que se propaga. 2. La disputa fue el ascenso de Aarón al sacerdocio. Pretenden, como igualmente santos, tener el mismo derecho a ella; e insinúan que Moisés y Aarón tenían la intención de engrandecerse, aunque Dios los había llamado de una manera tan especial a su oficio. Nota;(1.) Los mejores personajes no pueden enfrentarse a la envidia. (2.) Los reformadores ambiciosos del estado o de la iglesia con demasiada frecuencia fingen que se proponen humillar a los demás, pero de hecho solo quieren exaltarse a sí mismos. (3.) Moisés cae de bruces en oración, no sea que tal motín los arruine, y por dolor escuchar una acusación tan ingrata; apela a Dios para que resuelva la controversia, y está dispuesto a entregar todo su poder en la mano que lo dio: mañana, el Señor elegirá a quién tendrá que servirle.

Deseoso, sin embargo, de evitar un experimento que amenaza con ser tan fatal para ellos, se queja, con los que escucharán protestas, sobre la maldad de su conducta. Muchas fueron las bendiciones y privilegios de que disfrutaron Coré y sus hermanos. Eran levitas, que se distinguían por ser apartados para Dios, honrados con el servicio del tabernáculo y se les permitía acercarse más a Dios que los demás. Seguramente estas distinciones peculiares deberían haberlos satisfecho; pero el orgullo nunca se satisface, nada les basta mientras se les niega el sacerdocio: esto era rebelión unida a ingratitud. No era Aarón, sino el Dios de Aarón, contra quien habían alzado la lengua. Nota;(1.) Cualquiera que sea llamado a ministrar ante el Señor debe estimarlo como un privilegio distinguido. (2.) La envidia o ambición en los ministros es doble culpa.

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