En todo trabajo hay ganancia. Todo trabajo producirá abundancia, pero la garrulidad no es más que miseria. Houbigant. Salomón aquí separa el fruto del trabajo de la lengua y el trabajo de las manos; como si la miseria fuera el ingreso de uno y la riqueza el ingreso del otro: porque sucede comúnmente que los que hablan generosamente, se jactan mucho y prometen cosas poderosas, son mendigos; y no reciben ningún beneficio por sus jactancias, o por cualquier cosa de la que hablen. Es más, en su mayor parte, tales hombres no son trabajadores y diligentes en sus trabajos, sino que solo se alimentan y se llenan de palabras como con viento.

Ciertamente, como dice el poeta, Qui silet est firmus; el que es consciente para sí mismo de la competencia en sus esfuerzos, se contenta con un aplauso interior en su propio pecho y se calla; pero el que sabe dentro de sí mismo que sólo busca la vanagloria y no tiene nada más de qué vivir, habla abundantemente y los informes se maravillan a los demás. Vea a Lord Bacon como arriba.

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