El que ama el vino y el aceite, el Dr. Pococke, al describir su viaje a Jerusalén, después de su desembarco en Jope, nos dice que fue trasladado a un campamento de árabes, que lo entretuvieron lo mejor que pudieron, haciéndole pasteles, y llevándole aceite fino, en el que habitualmente mojan el pan. Cuando dice habitualmente, se refiere, supongo, a cuando están más elegantemente obsequiados; porque la gente del este a menudo usa pan con nada más que sal, o alguna adición tan insignificante, como ajedrea de verano, seca y en polvo, que, mezclada con sal, es consumida por muchos habitantes de Alepo como condimento para su comida. pan, según el relato del Dr. Russell. La traducción de la Septuaginta de Job 6:6parece referirse a la misma práctica, cuando traduce la primera parte de ese versículo, ¿Se comerá el pan sin sal? Supongo que también es a la misma clase de frugalidad a la que se refiere Salomón cuando dice en el versículo actual: El que ama el vino y el aceite no se enriquecerá. Uno habría pensado que el aceite con su pan, que responde a nuestro pan y mantequilla, no debería haber sido considerado extravagante; pero el relato del Dr. Russell muestra que es un manjar en el este, cuyo gasto evitan con frecuencia. Ver Observaciones, p. 128.

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