Por el candelero de oro se anticipa el buen éxito de la fundación de Zorobabel: por los dos olivos los dos ungidos.

Antes de Cristo 519.

En este capítulo, el profeta está llamado a contemplar una quinta visión, de la más sublime y misteriosa importancia. Ve un candelabro de oro puro, con sus siete lámparas comunicadas por siete tubos con un cuenco en la parte superior, que sirve de depósito, y se abastece constantemente de aceite de dos olivos que están a cada lado del candelero. Investiga el significado y recibe una respuesta que, aunque de alguna manera puede aplicarse a las circunstancias del templo en ese momento en la construcción, sin embargo, por la solemnidad de la manera y los términos en uso, debe concluirse para señalar a algo mucho más alto, nada menos que el establecimiento final y completo de la santa iglesia de Cristo, no por medios humanos, sino por el poder del Espíritu Santo, superando todos los obstáculos que se le presentaban.

Se adjunta una predicción especial, que Zorobabel, que había comenzado, debería tener el honor de terminar la construcción material del templo; cuyo cumplimiento se hace signo o prueba de la misión divina. Luego se explica el significado de las siete lámparas, y también de las dos ramas de los olivos que sobresalen a cada lado del candelero.

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