Por rollo volador, se muestra la maldición de los ladrones y de los falsos juramentadores: El profeta ve a una mujer sentada en un efa, que otras dos mujeres llevan a la tierra de Sinar.

Antes de Cristo 519.

LAS visiones representadas en este capítulo son de un tipo muy diferente a las anteriores. Hasta ahora, todo ha sido un consuelo y ha tenido la intención de alegrar los corazones del pueblo judío, ofreciéndoles perspectivas de una prosperidad inminente. Pero para que no se volvieran presuntuosos y descuidados con su conducta, se consideró apropiado advertirles de las condiciones de las que dependería su felicidad; y hacerles ver que, por mucho que Dios estuviera dispuesto en ese momento a mostrarles favor, sus juicios ciertamente caerían sobre ellos con mayor peso que antes, si lo provocaban de nuevo con repetidas iniquidades. En consecuencia, en la primera de estas visiones, que fue la sexta en sucesión, al profeta se le muestra un inmenso rollo de libro, como el que describe Ezequiel, cap.

Zacarías 2:9 lleno de maldiciones, y en el acto de volar, para denotar la celeridad y celeridad, así como la certeza, con que el ladrón y el falso jurador, que de otro modo podría adularse con esperanzas de impunidad ser visitados para su completa destrucción. La siguiente visión presenta la aparición de un efa, o medida, en el que el destino de una mujer que representa a una nación, cuya maldad llegó a tal altura que requirió un control inmediato. En consecuencia, se le echa una pesada cobertura y se la lleva al exilio en una tierra lejana, para que permanezca allí todo el tiempo asignado para su castigo.

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