Verso 39. Asaf.  Este personaje, junto con Hemán, los hijos de Corá, Etán, Jedutún, etc., son celebrados en estos libros y en los Salmos por su habilidad en el canto y por el papel que desempeñaban en el culto público a Dios.

Es muy probable que su canto fuera sólo una especie de recitativo o canto, como el que todavía encontramos en las sinagogas. No parece que Dios hubiera designado especialmente a estos cantantes, y mucho menos a ningún instrumento musical (exceptuando las trompetas de plata) para ser empleado en su servicio. Los instrumentos musicales en la casa de Dios son, al menos bajo el Evangelio, eran repugnantes al espíritu del cristianismo, y tienden no poco a corromper el culto a Dios. Aquellos que son aficionados a la música en el teatro son aficionados a ella en la casa de Dios cuando van allí, y algunos, profesando el cristianismo, establecen un culto tan espurio para atraer a la gente a escuchar el Evangelio. Esto es hacer el mal para que el bien venga de él; y por este medio, personas ligeras y triviales son introducidas en la Iglesia de Cristo, y cuando están dentro, son generalmente muy problemáticas, difíciles de complacer, y difíciles de salvar.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad