CAPÍTULO IX

El Señor se aparece por segunda vez a Salomón, y le asegura que

había escuchado su oración, y que establecería su culto para siempre 

en ese templo, y a él y a sus sucesores bendeciría

en el trono de Israel, siempre que él y ellos guardaran sus

estatutos y juicios, 1-5;

pero si transgredían y abandonaban al Señor, entonces 

el mismo Señor permitiría que sus enemigos pudieran prevalecer sobre ellos, 6-9.

Salomón terminó el templo y la casa del rey, en los que trabajó durante veinte años, y

 y habiendo recibido la ayuda de Hiram, rey de Tiro, le dio a cambio

veinte ciudades en Galilea, con las que no estaba satisfecho, 10-14.

Las levas de Salomón, los edificios y las personas empleadas, 15-23.

La hija del Faraón llega a la ciudad de David, 24.

Sacrifica tres veces al año en el templo, 25.

La armada de Salomón y el oro que trajeron de Ofir, 26-28.

NOTAS SOBRE EL CAP. IX

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