Versículo 11. Somos siervos del Dios del cielo. ¡Qué simple, llana e ingeniosa es esta confesión! Eran los siervos del Dios del cielo. ¡Cómo llegaron entonces a la servidumbre! Por qué, provocaron al Dios del cielo, pecaron repetidamente contra él, y luego los entregó en manos de sus enemigos.

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