Verso Levítico 20:22. La tierra a la que os conduzco para que habitéis en ella, no os escupa. Véase esta enérgica prosopopeya explicada en la nota sobre  Levítico 18:25. De esto aprendemos que la copa de las iniquidades de las naciones cananeas estaba llena; y que, en consonancia con la justicia divina, ya no se les podía perdonar.

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