Versículo 30. Y Moisés tomó - la sangre - y la roció sobre Aaron... Así encontramos que el mismo sumo sacerdote debe ser rociado con la sangre del sacrificio y nuestro bendito Señor, de quien Aarón era un tipo, fue rociado con su propia sangre.

1. En su agonía en el jardín.

2. En su coronación de espinas.

3. En la perforación de sus manos y pies. Y,

4. En su costado siendo traspasado con la lanza. Todos estos fueron tantos actos de expiación realizados por el sumo sacerdote.

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