Deuteronomio 13:1-18

1 “Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o un prodigio,

2 si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de otros dioses’ — que tú no conociste — ‘y sirvámosles’,

3 no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el SEÑOR su Dios los estará probando, para saber si aman al SEÑOR su Dios con todo su corazón y con toda su alma.

4 En pos del SEÑOR su Dios andarán, y a él temerán. Guardarán sus mandamientos y escucharán su voz. A él servirán y a él serán fieles.

5 Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el SEÑOR su Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el SEÑOR tu Dios te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti.

6 “Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer, o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: ‘Vayamos y sirvamos a otros dioses’ — que tú no conociste ni tus padres,

7 dioses de los pueblos que están en los alrededores de ustedes, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro extremo de la tierra — ,

8 no lo consientas ni lo escuches. Tu ojo no le tendrá lástima ni tendrás compasión de él ni lo encubrirás.

9 Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la primera sobre él para matarlo y después la mano de todo el pueblo.

10 Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

11 Y todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.

12 “Si de alguna de tus ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, para que habites en ella, oyes que se dice

13 que hombres impíos de en medio de ti han descarriado a los habitantes de su ciudad, diciendo: ‘Vamos y sirvamos a otros dioses’ — que ustedes no conocieron — ,

14 entonces tú inquirirás, investigarás y averiguarás bien. Y he aquí que si resulta ser verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal abominación en medio de ti,

15 irremisiblemente matarás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que haya en ella. También matarás sus animales a filo de espada.

16 Juntarás todo su botín en medio de su plaza, e incendiarás la ciudad y todo su botín, como una ofrenda del todo quemada al SEÑOR tu Dios. Así será convertida en ruinas perpetuas, y nunca más será edificada.

17 No se pegue a tu mano nada del anatema, para que el SEÑOR desista del furor de su ira, tenga piedad y compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres,

18 con tal de que obedezcas la voz del SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos del SEÑOR tu Dios.

9. Advertencias contra los falsos profetas y su castigo

CAPITULO 13

1. El primer caso: El falso profeta y soñador ( Deuteronomio 13:1 )

2. El segundo caso: Tentación a la idolatría por consanguinidad ( Deuteronomio 13:6 )

3. El tercer caso: La apostasía de una ciudad ( Deuteronomio 13:12 )

Se mencionan tres casos. El falso profeta o un soñador de sueños, que confirma sus afirmaciones con una señal o un milagro, pero cuyo objetivo es seducir a la idolatría, será condenado a muerte. La enseñanza falsa, que proviene de Dios, es una abominación. Finalmente, resulta en la corrupción moral más espantosa. Un falso profeta puede hacer señales y prodigios para demostrar con ello que lo que enseña es verdad. Por lo tanto, las señales y los milagros no son evidencia de la verdad.

El espiritismo y la ciencia cristiana afirman ser la verdad y a menudo se refieren a las evidencias de manifestaciones sobrenaturales y audiencias milagrosas que tienen lugar en sus cultos. Satanás puede obrar señales y milagros. Él lo hace en estos sistemas engañosos de los últimos días y Dios permite que eso pruebe a Su pueblo. A la luz de Mateo 24:23 , 2 Tesalonicenses 2:8 y Apocalipsis 13:12 los primeros cinco versículos del capítulo que estudiamos son de gran interés.

El falso profeta por venir, el Anticristo personal y definitivo hará maravillas mentirosas y a los muchos que no recibieron el amor de la verdad se les permitirá creer la mentira. Uno hace bien en estar en guardia cuando los maestros reclaman algún poder o señales especiales. La segunda advertencia es contra una trampa más sutil, cuando el engaño opera en secreto, emana de un pariente consanguíneo. Si es el más querido, no se le debe mostrar piedad.

El tercer caso es que, cuando una ciudad entera se ha apartado del Señor y sirve a otros dioses y practica las abominaciones de la idolatría. Iba a ser completamente destruida y la ciudad incendiada. Tal será algún día el terrible destino de la cristiandad apóstata, habiendo rechazado al Hijo de Dios y al evangelio.

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