Salmo 37:1-40

1 Salmo de David. [1] No te impacientes a causa de los malhechores ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2 Porque, como la hierba, pronto se secan, y se marchitan como el pasto verde.

3 Confía en el SEÑOR y haz el bien. Habita en la tierra y apaciéntate de la fidelidad.

4 Deléitate en el SEÑOR y él te concederá los anhelos de tu corazón.

5 Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él hará.

6 Él exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.

7 Calla delante del SEÑOR y espera en él. No te alteres con motivo de los que prosperan en su camino, por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira y abandona el enojo; de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo.

9 Porque los malhechores serán destruidos, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra.

10 Dentro de poco no quedará el impío. Contemplarás su lugar, y no aparecerá.

11 Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz.

12 El impío maquina contra el justo y cruje sus dientes contra él.

13 El Señor se reirá de él porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan la espada y tensan el arco para derribar al pobre y al necesitado, para matar a los de recto proceder.

15 Pero la espada de ellos entrará en su propio corazón, y su arco será roto.

16 Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos impíos.

17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados; pero es el SEÑOR quien sostiene al justo.

18 El SEÑOR conoce los días de los íntegros, y la heredad de ellos será para siempre.

19 No serán avergonzados en el tiempo malo; en los días de hambre serán saciados.

20 Pero los impíos perecerán, y los enemigos del SEÑOR serán consumidos como el sebo de los carneros; se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado y no paga, pero el justo tiene compasión y da.

22 Los que él bendiga heredarán la tierra, y los que él maldiga serán eliminados.

23 Por el SEÑOR son afirmados los pasos del hombre, y él se complacerá en su camino.

24 Si cae, no quedará postrado porque el SEÑOR sostiene su mano.

25 Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado ni a sus descendientes mendigando pan.

26 En todo tiempo tiene compasión y presta, y su descendencia es para bendición.

27 Apártate del mal y haz el bien, y vivirás para siempre.

28 Porque el SEÑOR ama la rectitud y no desampara a sus fieles. Para siempre serán guardados, pero la descendencia de los impíos será exterminada.

29 Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella.

30 La boca del justo expresará sabiduría, y su lengua proferirá juicio.

31 La ley de su Dios está en su corazón; por eso sus pasos no vacilarán.

32 El impío acecha al justo y procura matarlo.

33 El SEÑOR no lo dejará caer en su mano ni dejará que lo condenen cuando sea juzgado.

34 Espera en el SEÑOR y guarda su camino. Él te exaltará para heredar la tierra; y cuando los impíos sean destruidos tú lo verás.

35 Yo he visto al impío enaltecido, que se levantaba como un cedro del Líbano.

36 Pero pasó y ya no apareció. Lo busqué, y no fue hallado.

37 Considera al íntegro y mira al justo; que la posteridad de ese hombre es paz.

38 Pero los transgresores serán todos juntos destruidos; la posteridad de los impíos será eliminada.

39 La salvación de los justos proviene del SEÑOR; él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

40 El SEÑOR los ayudará y los librará; los librará de los impíos y los salvaráporque en él se han refugiado.

Salmo 37

El bienaventurado lote de los justos contrasta con los malvados

1. Esperando a Jehová y su promesa ( Salmo 37:1 )

2. La condenación de los impíos y la porción de los justos ( Salmo 37:12 )

3. Los caminos de los justos y los impíos ( Salmo 37:21 )

4. Los caminos de la gracia de Dios con los justos ( Salmo 37:30 )

Este Salmo también tiene una estructura alfabética y un carácter algo proverbial. Está lleno de dulce consuelo y estímulo a la fe. Todos los santos de Dios se han alimentado de sus hermosas declaraciones, y los santos venideros de Israel encontrarán ayuda y fortaleza para sus almas. El que confía en el Señor y le espera, no necesita preocuparse por los malhechores; pronto serán eliminados. Pero, ¿qué debe hacer el justo? Confía en el Señor, deléitate en él, encomienda tu camino al Señor, descansa en el Señor.

Si el pueblo de Dios hace esto, todo está bien, porque Aquel que nunca deja de hacerlo añade Sus promesas. Promete seguridad, el cumplimiento del deseo del corazón; Él lo llevará a cabo y traerá justicia como la luz. La espera en el Señor terminará para los piadosos de ese día venidero, cuando los malhechores serán destruidos en el juicio y cuando los que esperaron en el Señor heredarán la tierra. Esta es la promesa de Israel que se cumplirá para el remanente piadoso cuando el Señor aparezca en gloria en medio de ellos.

Estas breves sugerencias ayudarán en el estudio de todo el Salmo. Debe ser visto como profético, señalando el día en que los impíos no más angustian, cuando su fin ha llegado y cuando el Señor exalta a los justos para heredar la tierra.

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