con lo cual los príncipes de Israel y el rey se humillaban ,. Tanto por las palabras que reconocen sus pecados, y la justicia de Dios, y por los hechos, tal vez poniéndose sobre cepillado, al igual que de costumbre en tales ocasiones, y belejarse a ayunar y orar:

y dijeron, el Señor es justo ; Al darles a la mano de sus enemigos, viendo que lo habían abandonado, y pecaron contra él.

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