que lee sus huevos en la tierra ,. Los coloca y los deja allí. Aelianus, agradablemente a esto, dice W, que construye un nido bajo en el suelo, haciendo un hueco en la arena con sus pies; Aunque parece estar equivocado en cuanto al número de sus huevos, que hace que sea más de ochenta; Más verdaderamente Leo Africanus X, que los considera diez o doce; que, dice, se pone en la arena, y cada uno de ellos es del tamaño de una bola de cañón, y pesa quince libras, más o menos. Por lo tanto, con los árabes, se llama.

"La madre de los huevos '' '.

Debido a los grandes huevos que pone; y con ellos es un proverbio,.

"Medio, o de una cuenta menor, que los huevos de un avestruz" ''.

porque sus huevos son descuidados por ello y.

y calma en el polvo ; No es que ella los deje que se calenten con la arena caliente, o por el calor del sol sobre ellos, por el cual se sortan, como se ha dicho comúnmente, porque, por lo tanto, preferirían estar corrompidos y se podrían convertir; Pero ella misma los calienta y las escatiza, al sentarse sobre ellos en el polvo y la arena: y para esto, el historiador anterior es Express, quien dice Z, la iluminación femenina en estos huevos, ya sea su propia u otra, se calienta. ellos. En relación con el avestruz eclosionando sus huevos, Vansleb A, de un manuscrito árabe, relaciona lo que es increíble, que son incubados por el hombre y la mujer con su ojo solamente; que uno u otro de ellos se mantienen continuamente mirándolos hasta que todos sean incubados; Y esto observo es afirmado también por otro escritor B.

w de animal. l. 14. C. 17. x ut supra. (Descriptio Africae, L. 9. pag. 766. ) y hotinger. Smegma. Orientar. l. 1. C. 7. pag. 128. Z Descripción. Africae, ut supra. (l. 9. pag. 766. ) Vid. Aelio. l. 4. C. 37. Una relación de un viaje a Egipto, P. 64. b coelius, l. 10. C. 5. APUD SANTIUMO EN LOC.

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