Entonces mi ira se encenderá contra ellos en ese día, y los abandonaré, y esconderé mi rostro de ellos, y serán devorados, y muchos males y angustias les sobrevendrán; para que digan en aquel día: ¿No nos han sobrevenido estos males, porque nuestro Dios no está entre nosotros?

(h) Es decir, les quitaré mi favor; como volviendo su rostro hacia nosotros muestra su favor.

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