Por tanto, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra, el SEÑOR tu Dios te da para siempre.

(b) Dios promete recompensa no por nuestros méritos, sino para animarnos y asegurarnos que nuestro trabajo no se perderá.

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