Para que (a) temas a Jehová tu Dios, y guardes todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida; y que tus días se prolonguen.

(a) Un rostro reverente y amor por Dios es el primer comienzo para guardar los mandamientos de Dios.

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