Eclesiastés 2:1

Dije en mi corazón: Ven ahora, te tentaré con alegría, por tanto, disfruta del placer; y he aquí, esto también es vanidad. (a) Salomón hace este discurso consigo mismo, como si intentara si había contentamiento en la comodidad y los placeres.... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:3

Busqué en mi corazón entregarme al vino, pero familiarizando mi corazón con (b) sabiduría; y asirme de la necedad, hasta que pueda ver qué es el bien que los hijos de los hombres harían bajo el cielo todos los días de su vida. (b) Aunque me entregué a los placeres, pensé en mantener la sabiduría y... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:7

Me compré sirvientes y sirvientas, y tuve sirvientes nacidos en mi (c) casa; También tuve muchas posesiones de vacas y rebaños más que todo lo que había en Jerusalén antes de mí. (c) Es decir, de los sirvientes o esclavos que había comprado, por lo que los niños nacidos en su servidumbre, eran los... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:8

Recogí también plata y oro, y el tesoro especial de los reyes y de las provincias; me conseguí cantores y cantantes, y las delicias de los hijos de los hombres, e) [como] instrumentos musicales, y de todo tipo. (d) Es decir, cualquier cosa que les guste a los hombres. (e) O, la más bella de las mu... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:9

Así que fui grande y crecí más que todos los que me precedieron en Jerusalén; también mi sabiduría (f) permaneció conmigo. (f) Por todo esto, Dios no me quitó el don de la sabiduría.... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:10

Y todo lo que mis ojos deseaban, no les ocultaba, no negaba a mi corazón ningún gozo; porque mi corazón se regocijó en todo mi trabajo, y esta fue mi porción de todo mi trabajo. (g) Este fue el fruto de todo mi trabajo, un cierto placer mezclado con cuidado, que él llama vanidad en el siguiente ver... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:12

Y me volví para contemplar la sabiduría, la locura y la necedad: porque ¿qué puede hacer el hombre que viene tras el rey? [incluso] lo que ya se ha hecho. (h) Pensé para mí mismo si era mejor seguir la sabiduría, o mis propios afectos y placeres, que él llama locura.... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:14

Los ojos del sabio (i) [están] en su cabeza; pero el necio anda en tinieblas; y yo mismo percibí también que un acontecimiento les acontecerá a todos. (i) Es decir, en este mundo. (k) Porque ambos mueren y son olvidados como en ( Eclesiastés 2:16 ) o ambos tienen prosperidad o adversidad.... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:16

Porque no hay memoria del sabio más que del necio (l) para siempre; viendo lo que ahora [es] en los días venideros, todo será olvidado. Y (m) ¿cómo muere el sabio? como el tonto. (l) Es decir, en este mundo. (m) Se asombra de que los hombres se olviden de un sabio, estando muerto, tan pronto como... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:20

Por lo tanto, me dispuse a hacer que mi corazón (n) se desesperara por todo el trabajo que hice bajo el sol. (n) Que pueda buscar la verdadera felicidad que está en Dios.... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:21

Porque hay un hombre cuyo trabajo [es] en sabiduría, ciencia y equidad; pero al que no haya trabajado en ello, se lo dejará [para] su porción. Esto también es vanidad y un gran mal. (o) Entre otras aflicciones, que no era la menor, dejar lo que había recibido de grandes dolores de parto a alguien q... [ Seguir leyendo ]

Eclesiastés 2:24

[No hay] nada mejor para un hombre, [que] que debe comer y beber, y [que] debe (p) hacer que su alma goce bien en su trabajo. También vi esto, que [era] de la mano de Dios. (p) Cuando el hombre ha trabajado todo, no puede obtener más que alimento y refrigerio, sin embargo, confiesa también que esto... [ Seguir leyendo ]

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