Y diles: Así ha dicho el Señor DIOS; El día que escogí a Israel, y (c) alcé mi mano a la simiente de la casa de Jacob, y me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano hacia ellos, diciendo: Yo [ soy el SEÑOR tu Dios;

(c) Juré que yo sería su Dios, que forma de juramento se observaba desde toda la antigüedad, donde solían levantar sus manos hacia los cielos, reconociendo a Dios como el autor de la verdad y el defensor de ella, y también el juez del corazón, deseando vengarse si ocultaban algo que supieran que era verdad.

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