Y envió a Eliaquim, mayordomo de la casa, y a Sebna escriba, ya los ancianos de los sacerdotes cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz.

(b) Para recibir consuelo de él por la palabra de Dios, para que su fe sea confirmada y así su oración sea más ferviente: enseñando por ella que en todos los peligros estos dos son los únicos remedios para buscar a Dios y sus ministros.

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