Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR en el año décimo de Sedequías, rey de Judá, que era el año dieciocho de Nabucodonosor.

(a) De modo que Jeremías ya había profetizado desde el año trece de Josías hasta el último año excepto uno del reinado de Sedequías, que fue de casi cuarenta años.

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