Sin embargo, ahora nuestra carne [es] como (d) la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos: y he aquí, ponemos en servidumbre a nuestros hijos y a nuestras hijas para que sean siervos, y [algunas] de nuestras hijas son traídas a esclavitud [ya]: ni [está] en nuestro poder (e) [redimirlos]; porque otros hombres tienen nuestras tierras y viñedos.

(d) Por naturaleza, los ricos no son mejores que los pobres.

(e) No podemos redimirlos, pero de la pobreza nos vemos obligados a venderlos a otros.

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