(h) Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre, para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no lo hará? ¿O ha hablado, y no lo cumplirá?

(h) Los enemigos de Dios se ven obligados a confesar que su gobierno es justo, constante y sin cambio ni arrepentimiento.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad