(4) Ahora bien, al que (b) obra, la recompensa no (c) se le cuenta como gracia, sino como deuda.

(4) La primera prueba de la confirmación, tomada de los contrarios: al que merece algo con su trabajo, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda; pero al que no ha hecho nada más que creer en el que libremente promete, la fe se imputa.

(b) Al que ha merecido algo de su trabajo.

(c) No se le cuenta ni se le da.

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