Grupo étnico semítico entre Siria y el Éufrates, mencionado en las cartas de Amarna y en una inscripción de Tiglat-pileser I. El Antiguo Testamento da el nombre de «Aram Naharaim», «Aram de los dos Ríos», al territorio comprendido entre los cursos superiores del Éufrates y del Tigris (Gn. 24:10; Padán-aram, Gn. 25:20, etc.). Allí estuvo Harán, la patria de Abraham. La tradición une a Jacob con esta región, que en Dt. 26:5 es llamada de los arameos. En tiempos de David y Salomón existían, entre otros, los siguientes estados arameos: 

Samal, en el norte de Siria; 

Sobá, entre el Antilíbano y el desierto sirioárabe y en el valle superior del Leontes (2 S. 8:3 ss);

Bet-rehob (2 S. 10:6),

Maaca,

Guesur y

Damasco.

Los asirios pusieron fin a la independencia de estas tribus y estados, también a la del reino de Damasco en el año 732 a.C. Los arameos lograron una gran influencia en Asiria. Su lengua se convirtió en la lengua del comercio, y más tarde en la lengua común. Entretanto, el pueblo arameo de los caldeos se había asentado en la región de la desembocadura del Éufrates y del Tigris y había aumentado más y más su poderío. Este grupo arameizó el reino y, a partir de la dinastía neobabilónica, consiguió también el poder político.


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