Éstos se distinguían de los siervos domésticos, que generalmente eran esclavos. Los asalariados se contrataban por días, y se les pagaba al acabar el día. Un asalariado del sacerdote no era considerado parte de la familia, y no se le permitía comer de las cosas santas, en tanto que los esclavos eran considerados parte integrante de la familia (Lv. 19:13; 22:10; Dt. 15:18; 24:14; Jb. 14:6; Mal. 3:5). Los asalariados son contrastados en el NT con el pastor dueño de las ovejas (Mt. 20:1-8; Lc. 15:17, 19; Jn. 10:12, 13). (Véase JORNALERO)


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