Entre los judíos, expresión extemporánea de alegría secular o religiosa; jamás por puro placer; siempre de día. Practicado generalmente por las mujeres (Éx. 15:20; Jue. 11:34; 21:21; 1 S. 18:6, 7; Jer. 31:4, 13); a veces por los hombres solos (2 S. 6:14-23; Sal. 30:11; 49:3; Lm. 5:15; Lc. 15:25). Sólo se cita en la Biblia un caso de una mujer bailando, al estilo romano, delante de los hombres para agradarles: Salomé. (Véase).

En algunas tumbas egipcias se conservan escenas de banquetes con intervención de bailarinas. Entre los hebreos se utilizaba el baile para celebrar efemérides nacionales (Éx. 15:20, 21), para recibir a los héroes (Jue. 11:34; 1 S.18:6) y para manifestar regocijo por alguna bendición especial (2 S. 6:14; Jer. 31:4, 13; Lc. 15:25). También figuraba en los servicios religiosos y actividades que tenían que ver con expresiones de la fe (Sal. 149:3; 150:4).


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