Los alimentos básicos eran agua y pan (en parte también frutas); los días de fiesta se tomaba además carne y vino.

En vez de mesas se servían generalmente de un tablero (muchas veces algo levantado).

Los israelitas «yacían a la mesa» (los hombres con los pies hacia atrás y apoyados sobre el brazo izquierdo; las mujeres acuclilladas en posición recta. Posteriormente se yacía sobre alfombras, divanes y cojines desgastados).

La comida era expresión mucho más que hoy de una relación amistosa o comunitaria que no debía ser perturbada (cfr. Sal. 41:10; Mr. 14:20).

La comida es uno de los símbolos usados para expresar la comunión con Dios y representar el reino de Dios (Is. 25:6; Mt. 8:1; 19:28; 22:2-12).

Se comía, valiéndose de los dedos, sopas de pan, con un mismo plato para dos o más personas (Jn. 13:26). El jefe de la familia honraba a los huéspedes de honor ofreciéndoles doble ración y los mejores bocados (Gn. 43:32; 1 S. 9:22-23; Rt. 2:14; Jn. 13:26).

Durante las comidas y de sobremesa había varios entretenimientos, como ponerse adivinanzas (Jue. 14:12), narrarse relatos, oír música y presenciar danzas (Is. 5:12; 24:7-9; Am. 6:5, 6).


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