En el AT se aplica esta palabra al funcionario que estaba encargado de la correspondencia de un rey, del ejército, etc., lo que hoy recibe el nombre de secretario (2 S. 8:17; 2 Cr. 14:11; Est. 3:12; Is. 36:3, etc.). Se aplicaba también a los que copiaban y explicaban las Escrituras. Así, Esdras era «escriba diligente de la ley», «escriba versado en los mandamientos de Jehová», aunque era también sacerdote (Esd. 7:6, 11; Neh. 8:1-13).

En el NT se usa este término sólo en el sentido en que se aplica a Esdras, y los escribas son clasificados entre los principales sacerdotes y los ancianos. Se dice de ellos que se sientan en la cátedra de Moisés y que lo que ellos enseñan ha de ser observado; sin embargo, no deben imitarse sus obras (Mt. 7:29; 23:2, 13-33).

Se proclaman muchos ayes en contra de ellos. Así, aquellos hombres, que hubieran debido constituir un ejemplo para los demás, fueron públicamente denunciados porque con sus acciones negaban lo que enseñaban con sus palabras. No constituían una secta separada en la época del NT. Un escriba podía ser fariseo o saduceo. Cp. Hch. 23:9.


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