(del griego «porneia», primariamente fornicación, cualquier práctica sexual fuera del matrimonio, y también, figuradamente, idolatría, apostasía, etc.).

En sus diversas formas aparece 447 veces en el Nuevo Testamento. Cuatro veces al menos su significado es obvio; así, en 1 Co. 7:2 y 1 Ts. 4:3, Pablo amonesta a los solteros para que se cuiden de la tentación de fornicar. En ambos pasajes Pablo se hace defensor del matrimonio como una prevención de la inmoralidad. En otros cuatro casos «fornicación» viene usada en una lista de pecados que contiene también el «adulterio» (Mt. 15:19; Mr. 7:21; 1 Co. 6:9; Gá. 5:19). En al menos otros dos casos se usa como sinónimo de adulterio (Mt. 5:32 y 19:9).

El cuerpo es templo del Espíritu Santo; Pablo exhorta a los creyentes a que huyan de la fornicación (1 Co. 6:18; cfr. 1 Co. 6:13). Aquí el término se refiere a toda inmoralidad del cuerpo, y Cristo dijo al respecto que toda inmoralidad sexual tiene su origen en el corazón del hombre (Mt. 5:28; Mr. 7:21); por tanto, debemos cuidar del corazón (Pr. 4:23; Jer. 17:9).

En sentido figurado, la fornicación se refiere a toda forma de apostasía y a la relación inmoral de un creyente con otros dioses.

En otros pasajes neotestamentarios «fornicación» se usa en un sentido general refiriéndose a toda forma de lascivia (Jn. 8:41; Hch. 15:20; Ro. 1:20; Ef. 5:3). Hay usos que se refieren a prostitución y comercio sexual (Ap. 2:14, 20, 21).


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