Hija de Et-baal rey de los sidonios, y sacerdotisa de Astarté antes de casarse con Acab rey de Israel (1 R. 16:31; Contra Apión, 1:18).

Dotada de un enérgico carácter, hacía lo que quería de su marido. Jezabel era una ferviente adoradora de Baal, por lo que su esposo construyó para ella en Samaria un templo y un altar consagrados a Baal, y una asera, estatua que representaba a la Astarté fenicia (1 R. 16:32, 33).

Aunque era sólo la esposa del rey, Jezabel hizo dar muerte a todos los profetas de Jehová que pudo hacer apresar (1 R. 18:4-13) y se propuso dar muerte al profeta Elías (1 R. 19 :1, 2). Promovió el asesinato legal de Nabot para conseguir su viña para su marido (1 R. 21:16-22).

Los perros se la comieron conforme a la profecía de Elías. Jezabel murió defenestrada durante el golpe de Jehú (véase JEHÚ) y fue atropellada por el carro de Jehú lanzado a toda velocidad. Al cabo de poco tiempo, al dar Jehú la orden de «enterrar aquella maldita», descubrieron que casi nada quedaba de su cadáver, que había sido comido por los perros (2 R. 9:7, 30-37).

Su acción de introducir en Israel el culto idolátrico a Baal y de dar muerte a los siervos del Señor, ha hecho recordar su nombre como baldón de infamia y como tipo de un sistema seductor dentro de la iglesia profesante, que atrae a otros a la idolatría (Ap. 2:20).


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